Como suele suceder… a veces las cosas no marchan como uno quisiera… y en esta oportunidad, definitivamente, las cosas no sucedieron como yo tanto lo anhelaba.
Este año ha sido un año bien raro… lleno de bajas y muy pocas altas que valga la pena recordar. Ha sido un año… lleno de cosas inesperadas. De afectos que llegaron y se fueron, de afectos no devueltos… y de afectos no aceptados. Por todo lo demás… sin novedades al frente…
Creo pues, que llegó el momento de ponerme definitivamente la coraza, la armadura, la costra, el chaleco antiafectos… y hacer duro a mi corazón otra vez.
En algún punto de estos días que han transcurrido del 2012, decidí quitarme la armadura que protegía mi corazón, darme la oportunidad de querer y que me quisieran (si es que eso es posible…) y vivir cada momento como si fuese el último… claro, en mis cálculos, no estaba contemplado que en las veces que me arriesgué, terminara con “serious injury” en mi corazón. No es victimizarme… simplemente, por tonta que fui (y eso lo reconozco) me dejé lastimar…
Hoy, 16 de septiembre de 2012, vuelvo a tomar mi armadura… esa coraza impermeable, y se la pongo a mi corazón. De pronto me siento sin fuerzas y sin ánimos de seguir caminando con un corazón vulnerable… y es que ya no quiero entregar mi corazón, al menos, no durante un buen tiempo.
Amar es la sensación más maravillosa que pude haber vivido… pero de pronto me pongo a pensar, si teniendo tanto amor para dar, sabiendo entregar cada uno de mis días, ver todo desde otro punto de vista (y es que el amor hasta te cambia la visión…) y vivir feliz cada día, nadie quiera recibir este afecto y cuidarlo como lo que más… es que quizá, simplemente, ese alguien no está listo para recibirlo. Lo doloroso es, retirarse con dignidad, con la frente en alto, sabiendo que se hizo y se entregó todo con sinceridad y recoger, pieza por pieza, los trocitos de corazón roto que se regaron por acá y por allá.
Como dice mi amiga kate, creo que no necesito más teipe para reparar mi corazón… necesito cemento de contacto…
Guardo cada momento vivido, como la joya más valiosa que tengo. Tengo pues, en mi joyero de afectos, un hermoso collar de diamantes… tan brillante y cálido como el mismo sol. Me hace feliz verlo, porque cada uno de esos pequeños diamantitos, son un momento feliz… así pues, puedo decirme a mi misma, a manera de consuelo, que todo lo que pasa en mi vida debe hacerme feliz, debe dejarme una lección. Que sí así como cuando amaba los días eran más brillantes y llenos de luz, ahora que me encuentro así, deben brillar aún más, porque me queda todo ese amor dentro, añejándose y preparándose para alguna persona que vaya decidir venir, quitar de a poco la coraza y recibir todo lo que se va guardando.
Anoche me puse a pensar, antes de dormirme… cuánto más habrá que esperar por alguien… y me contesté a mi misma, que no importaba cuánto tiempo pasara… porque cuando el momento llegara, sería EL MOMENTO. Un pensamiento bastante, bastante simple… pero que me hace pensar que después de todo, sí lo quise sensatamente… no fue una locura quererlo, puesto que sigo teniendo esos flashazos de lucidez y cordura. Al menos eso me da tranquilidad…
La coraza me queda muy bien… seguro mantendrá protegido mi corazón durante un buen tiempo…
Y como dice Alux Nahual… “DARÍA TODA MI VIDA SI TE OFENDÍ… PORQUE PERDONES A TU AMIGA QUE SE ENAMORÓ DE TI…”.
En serio fue inevitable… lo siento muchísimo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario